La muerte

Cuando alzo la vista al cielo y observo las nubes moverse cambiando de formas sé que todo está en orden, que la vida es un movimiento hermoso e indescriptible que todo lo envuelve con ternura.

Cuando alzo la vista al cielo y observo las estrellas parpadear mientras la Tierra gira para traer un nuevo día sé que todo está en orden, que la vida es una hermosa melodía impresa en nuestras almas.

Cuando he observado la muerte entre mis manos llevarse a un ser querido sabía que todo estaba en orden, que la vida es una danza.

Cuando miro tus ojos y observo tus sonrisas, tus sueños, tus lágrimas, tus recuerdos, sé que todo está en orden, que nosotros mismos somos ese orden en un movimiento eterno que danza con la melodía del viento.

La muerte no nos arrebata nada, más bien nos lo da todo sin pedirnos nada, ni siquiera nos pregunta el nombre o que es lo que hicimos, ella nos acoge entre sus brazos como una gran madre y apacigua nuestro sufrimiento hasta extinguirlo.

No debemos llorar ante la muerte pues empañamos nuestros ojos y no podrán ver toda su hermosura. La vida tendrá sus inconvenientes, quizás porque nosotros la hemos hecho así, pero la muerte es el fin de todo sufrimiento, es el fin de toda incertidumbre, es la vuelta a casa desde donde un día partimos para llegar a la vida. La muerte es una luz en la oscuridad donde todos los seres se igualan en uno solo.


La muerte es algo tan sumamente bello que no es extraño que de ella surja la vida.
Cuando alzo la vista al cielo y observo las nubes moverse cambiando de formas sé que todo está en orden, que la vida es un movimiento hermoso e indescriptible que todo lo envuelve con ternura.

Cuando alzo la vista al cielo y observo las estrellas parpadear mientras la Tierra gira para traer un nuevo día sé que todo está en orden, que la vida es una hermosa melodía impresa en nuestras almas.

Cuando he observado la muerte entre mis manos llevarse a un ser querido sabía que todo estaba en orden, que la vida es una danza.

Cuando miro tus ojos y observo tus sonrisas, tus sueños, tus lágrimas, tus recuerdos, sé que todo está en orden, que nosotros mismos somos ese orden en un movimiento eterno que danza con la melodía del viento.

La muerte no nos arrebata nada, más bien nos lo da todo sin pedirnos nada, ni siquiera nos pregunta el nombre o que es lo que hicimos, ella nos acoge entre sus brazos como una gran madre y apacigua nuestro sufrimiento hasta extinguirlo.

No debemos llorar ante la muerte pues empañamos nuestros ojos y no podrán ver toda su hermosura. La vida tendrá sus inconvenientes, quizás porque nosotros la hemos hecho así, pero la muerte es el fin de todo sufrimiento, es el fin de toda incertidumbre, es la vuelta a casa desde donde un día partimos para llegar a la vida. La muerte es una luz en la oscuridad donde todos los seres se igualan en uno solo.


La muerte es algo tan sumamente bello que no es extraño que de ella surja la vida.