Releer es reencontrarse con una amistad dormida, una sensación de despertar de un letargo invernal; releer un clásico de la literatura latinoamericana como es “el coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez, escrita en París en 1958 y publicada en 1961, es tener la sensación de sentir plenamente el peso del desasosiego de una espera de 15 años en una carta que nunca llega
García Márquez nos hace sentirnos sentados alrededor de una hoguera del tiempo mientras nos envuelve con la poesía de la fábula que mágicamente maneja como solo lo saben hacer los grandes contadores de historias orales. La historia del coronel, a caballo entre “la hojarasca” y “Cien años de soledad”, es un breve y magistral relato escrito para seducirnos desde la primera hasta la última palabra (que por cierto es: Mierda).
Fabulosa fábula sobre un hombre y una mujer que junto a un gallo esperan y esperan mientras la vida transcurre sin remedio pero con esperanza , es el encanto de la realidad y el sueño, los deseos intactos de la inocencia. Ya García Márquez comienza a atraernos a Los Buendía y a Macondo, ya se vislumbra el amanecer de la realidad mágica y de la escritura seductora del maestro de la palabra.
Releer es reencontrarse con una amistad dormida, una sensación de despertar de un letargo invernal; releer un clásico de la literatura latinoamericana como es “el coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez, escrita en París en 1958 y publicada en 1961, es tener la sensación de sentir plenamente el peso del desasosiego de una espera de 15 años en una carta que nunca llega
García Márquez nos hace sentirnos sentados alrededor de una hoguera del tiempo mientras nos envuelve con la poesía de la fábula que mágicamente maneja como solo lo saben hacer los grandes contadores de historias orales. La historia del coronel, a caballo entre “la hojarasca” y “Cien años de soledad”, es un breve y magistral relato escrito para seducirnos desde la primera hasta la última palabra (que por cierto es: Mierda).
Fabulosa fábula sobre un hombre y una mujer que junto a un gallo esperan y esperan mientras la vida transcurre sin remedio pero con esperanza , es el encanto de la realidad y el sueño, los deseos intactos de la inocencia. Ya García Márquez comienza a atraernos a Los Buendía y a Macondo, ya se vislumbra el amanecer de la realidad mágica y de la escritura seductora del maestro de la palabra.
