SOY COMO UNA NIÑA DE CRISTAL


SOY COMO UNA NIÑA DE CRISTAL


Me siento prisionera por las decisiones de otros. Sin libertad de movimientos, no funciono. No puedo desplegar mis alas en plena libertad, si me ponen condiciones. No quiero ser injusta con los demás y no lo voy a ser. Si tengo que vivir sometida, a ciertas normas que no me gustan, prefiero mantener sellados mis labios en algunas cuestiones. Mis pensamientos están a miles de kilómetros en este momento. No es la distancia la que me lástima el Alma, sino los  inadecuados comportamientos de algunas personas. La melancolía me viste estos días el ánimo, con los velos de la tristeza. La depresión que casi me vence no hace mucho tiempo, aún no se ha desvanecido del todo. Las secuelas de la decepción, rasgaron mi corazón por algunos lados, quedando aún heridas por sanar del todo. Mañana será otro día y con el Amanecer se eclipsarán las sombras que hacen derramar mis lágrimas. No quiero llorar, pero la sensibilidad es hoy mi compañera dominical. No puedo evitarlo, soy como una niña de cristal. Sensible y vulnerable al dolor ajeno. Y me afecta todo lo que ocurre en el mundo, y lloro porque no me gusta el cariz que va tomando todo, a pesar de saber que es pasajero.


Escrito por Pili Ruiz el día 24 de Julio del 2011

^_________Pili_________^

SOY COMO UNA NIÑA DE CRISTAL


Me siento prisionera por las decisiones de otros. Sin libertad de movimientos, no funciono. No puedo desplegar mis alas en plena libertad, si me ponen condiciones. No quiero ser injusta con los demás y no lo voy a ser. Si tengo que vivir sometida, a ciertas normas que no me gustan, prefiero mantener sellados mis labios en algunas cuestiones. Mis pensamientos están a miles de kilómetros en este momento. No es la distancia la que me lástima el Alma, sino los  inadecuados comportamientos de algunas personas. La melancolía me viste estos días el ánimo, con los velos de la tristeza. La depresión que casi me vence no hace mucho tiempo, aún no se ha desvanecido del todo. Las secuelas de la decepción, rasgaron mi corazón por algunos lados, quedando aún heridas por sanar del todo. Mañana será otro día y con el Amanecer se eclipsarán las sombras que hacen derramar mis lágrimas. No quiero llorar, pero la sensibilidad es hoy mi compañera dominical. No puedo evitarlo, soy como una niña de cristal. Sensible y vulnerable al dolor ajeno. Y me afecta todo lo que ocurre en el mundo, y lloro porque no me gusta el cariz que va tomando todo, a pesar de saber que es pasajero.


Escrito por Pili Ruiz el día 24 de Julio del 2011

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