NUEVOS HORIZONTES



HORIZONTES NUEVOS


Observando como se van alejando los rascacielos que adornan el viejo puerto, convirtiéndose en puntos negros que cada vez se ven más difusos en la noche.
Con los brazos cruzados en la cubierta del barco, sumergida en mis pensamientos, semidesnuda mi mente, cubriendo mis recuerdos con las trasparentes gasas del rojo satén del adiós. Me pregunto muchas veces por qué me casé contigo, si entre nosotros no había química, consciente de tu falta de amor por mí. El frío de tu mirada con el corazón de acero, congeló mis párpados, convertidas mis lágrimas, en pulidos diamantes, derramados en la cúpula del poder mercantil al que tú perteneces. Tres años de locura, con la personalidad anulada bajo tu dominación, finalmente tocaron a su fin. Doy gracias a Dios, por poner a tu nueva esposa en tu camino, pudiendo escapar yo, de tus garras de controlador. El rápido divorcio, desplegó mis alas hacia la libertad.
Navegando hoy rumbo a mis orígenes me alejo para siempre, del pasado, hacia Australia, la tierra de mis padres.
Desciendo por las escaleras del barco, pintadas con suaves pinceladas dándole un toque romántico. Los vivos colores del arco iris me contagian alegría. La misma alegría que él, borró de mi corazón, meses después de nuestra boda.
Mis pies descalzos, se deslizan con sigilo, por la alfombra roja del pasillo, en dirección de mi camarote. Es noche de luna llena,
Y las constelaciones se divisan en el cielo, con nitidez.
El mar está en calma y la brisa marina es cálida, se respira, serenidad y sosiego. Siento una inmensa paz en mi corazón. Voy dejando el pasado atrás a la búsqueda de horizontes nuevos, donde tal vez sea más feliz.


Escrito por Pili Ruiz el día 17 de Julio del 2011


^_________Pili_________^



HORIZONTES NUEVOS


Observando como se van alejando los rascacielos que adornan el viejo puerto, convirtiéndose en puntos negros que cada vez se ven más difusos en la noche.
Con los brazos cruzados en la cubierta del barco, sumergida en mis pensamientos, semidesnuda mi mente, cubriendo mis recuerdos con las trasparentes gasas del rojo satén del adiós. Me pregunto muchas veces por qué me casé contigo, si entre nosotros no había química, consciente de tu falta de amor por mí. El frío de tu mirada con el corazón de acero, congeló mis párpados, convertidas mis lágrimas, en pulidos diamantes, derramados en la cúpula del poder mercantil al que tú perteneces. Tres años de locura, con la personalidad anulada bajo tu dominación, finalmente tocaron a su fin. Doy gracias a Dios, por poner a tu nueva esposa en tu camino, pudiendo escapar yo, de tus garras de controlador. El rápido divorcio, desplegó mis alas hacia la libertad.
Navegando hoy rumbo a mis orígenes me alejo para siempre, del pasado, hacia Australia, la tierra de mis padres.
Desciendo por las escaleras del barco, pintadas con suaves pinceladas dándole un toque romántico. Los vivos colores del arco iris me contagian alegría. La misma alegría que él, borró de mi corazón, meses después de nuestra boda.
Mis pies descalzos, se deslizan con sigilo, por la alfombra roja del pasillo, en dirección de mi camarote. Es noche de luna llena,
Y las constelaciones se divisan en el cielo, con nitidez.
El mar está en calma y la brisa marina es cálida, se respira, serenidad y sosiego. Siento una inmensa paz en mi corazón. Voy dejando el pasado atrás a la búsqueda de horizontes nuevos, donde tal vez sea más feliz.


Escrito por Pili Ruiz el día 17 de Julio del 2011


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