Valentin Kovatchev "Two souls, one essence"







Mientras la Feria del Libro de Málaga, aunque reducida, despliega sus alas a lo largo del Parque, en el edificio del Rectorado situado en dicho Parque, nos encontramos con una exposición que nos sorprende: "Dos almas, una esencia" del pintor búlgaro Valentin Kovatchev (Sofía, 1953). La muestra se compone de 60 obras en pintura al óleo, dibujos grabados y planchas matrices de zinc.

Tuve la fortuna de recorrerla con mi amigo Carlos Esteve, arquitecto y dibujante que hacía aumentar la calidad de mi mirada. Detallista hasta un extremo increíble, el pintor búlgaro nos deleita con la trascendencia intemporal de la belleza. Derrama admiración por Velázquez, Da Vinci, Picasso, Botticelli, la Semana Santa malagueña, la iconografía cristiano-ortodoxa y la fiesta taurina.

Una visión surrealista con una simbología mágica y repetitiva: escaleras, tableros de ajedrez, la mujer, caballos y constelaciones. Un mundo creado por la imaginación delicada de un artista de trabajo lento, cuidadoso y concentrado como el de los artesanos.

Un académico, profesor, editor y galerista que trasladó su residencia de Sofía a Málaga en 1992 cuando contrajo matrimonio en España, un pintor que llegó al mágico mundo del grabado tras descubrir en un reconocimiento médico que era daltónico, exquisita sensibilidad y perfección técnica.

Los que estéis cerca de Málaga no os la perdáis, está hasta el 25 de junio.






Mientras la Feria del Libro de Málaga, aunque reducida, despliega sus alas a lo largo del Parque, en el edificio del Rectorado situado en dicho Parque, nos encontramos con una exposición que nos sorprende: "Dos almas, una esencia" del pintor búlgaro Valentin Kovatchev (Sofía, 1953). La muestra se compone de 60 obras en pintura al óleo, dibujos grabados y planchas matrices de zinc.

Tuve la fortuna de recorrerla con mi amigo Carlos Esteve, arquitecto y dibujante que hacía aumentar la calidad de mi mirada. Detallista hasta un extremo increíble, el pintor búlgaro nos deleita con la trascendencia intemporal de la belleza. Derrama admiración por Velázquez, Da Vinci, Picasso, Botticelli, la Semana Santa malagueña, la iconografía cristiano-ortodoxa y la fiesta taurina.

Una visión surrealista con una simbología mágica y repetitiva: escaleras, tableros de ajedrez, la mujer, caballos y constelaciones. Un mundo creado por la imaginación delicada de un artista de trabajo lento, cuidadoso y concentrado como el de los artesanos.

Un académico, profesor, editor y galerista que trasladó su residencia de Sofía a Málaga en 1992 cuando contrajo matrimonio en España, un pintor que llegó al mágico mundo del grabado tras descubrir en un reconocimiento médico que era daltónico, exquisita sensibilidad y perfección técnica.

Los que estéis cerca de Málaga no os la perdáis, está hasta el 25 de junio.