FELIZ FIESTA DE SHAVUOT.2da. parte.





LA FIESTA DE SHAVUOT


havuot conmemora el imponente acontecimiento que experimentaron los hijos de Israel siete semanas después del éxodo de Egipto cuando acamparon al pie del Monte Sinaí, en algún lugar de la Península del Sinaí. Este suceso fue la Revelación, mediante la cual la voluntad de D-os se reveló a Israel. Señala la proclamación de los Diez Mandamientos. Aunque esos mandamientos no constituyen la totalidad de la Torá, que consiste en 613 preceptos -taryag mitzvot. Ellos constituyen su fundamento. Los Diez Mandamientos conforman la base moral misma de gran parte de lo que es la Civilización Occidental. La forma exacta de esta comunicación entre D-os y el hombre no es conocida y siempre fue motivo de diversas opiniones por parte de los grandes pensadores y sabios de Israel, pero nadie duda de que fue un acontecimiento de proporciones imponentes y una experiencia espiritual singular que marcó indeleblemente a los israelitas con su carácter único, con su fe y su destino.
En el libro de oraciones, esta festividad se denomina "zemán matán Torateinu": la fecha de entrega de nuestra Torá, porque éste es el tema dominante de la festividad. El significado perdurable de este tema está recalcado en la respuesta a la pregunta de por qué no se denomina esta festividad como "fecha de recepción de nuestra Torá".
La respuesta es que mientras "la entrega" de la Torá pudo haber tenido lugar en un momento determinado y esa ocasión puede ser conmemorada, la "recepción" de la Torá por los judíos debe continuar produciéndose en todo momento y en todo lugar. Los judíos que estuvieron presentes en el Sinaí reafirmaron su Pacto con D-os declarando "haremos y escucharemos" -naasé venishmá- pero la Torá señala que "pero no solamente con vosotros hago Yo esta alianza y este juramento, sino con los que están hoy aquí presentes ante el Señor, nuestro D-os, y con los que no están aquí hoy con nosotros". (Deut. 29:13-14). El Talmud interpreta la última parte del versículo como una clara referencia a las futuras generaciones de judíos y a los futuros prosélitos que más tarde aceptaron la fe (Shavuot 39a).
La festividad de Shavuot enfatiza la lección espiritualmente significativa de que la redención del cautiverio y la obtención de libertad política, no constituyen una liberacióon completa a menos que culminen en las restricciones espirituales, en las disciplinas y deberes inherentes a la Revelación a Israel y a la aceptación de la Torá por parte de Israel. El hombre de Shavuot con el que la Torá se refiere a esta festividad, significa simplemente "semanas" y deriva del hecho de que se observa después de contar siete semanas completas a partir del segundo día de Pésaj. El Talmud utiliza el nombre de Atzeret (que implica una festividad de conclusión) para denominarlo, indicación de que los sabios lo consideraron ligado a la festividad de Pésaj y como conclusión del episodio histórico de la misma. Su significado como festividad agrícola en la Tierra de Israel se refleja en los otros nombres por los que se la conoce: "Jag Hakatzir" -festividad de la siega, porque señala la cosecha del trigo, la última cosecha de cereales de la temporada; y "Yom Habikurim" -día de las primicias, porque señala también el comienzo de la cosecha de frutas y era la ocasión de llevar los primeros frutos maduros al Templo como ofrenda de acción de gracias.

Muchas veces se hace alusión a la Torá como un código de leyes pasado de moda, ajeno a nuestra vida en la actualidad. El auge de la era tecnológica y los avances de la ciencia han colocado al individuo en una posición de autosuficiencia que no le permite ver la relevancia de la Torá. Si bien es cierto que la ciencia ha constribuido a la explicación de los fenómenos naturales observables, la arqueología ha develado los secretos del pasado y los sistemas legales y económicos se han perfeccionado como instrumentos organizativos de la sociedad, existe sin embargo aún en nuestros dias, un área que es de exclusiva competencia de la Torá y la cual está directamente relacionada con nuestra vida en todos los tiempos; es el área de la moralidad, el área de los valores. La Torá es el código de vida del judío, que a través de las 613 mitzvot (preceptos); 248 positivas y 365 negativas, de contenido ético y espiritual, le señala el camino que debe seguir en su vida cotidiana. El propósito central de la Torá es justamente enseñarle al ser humano cómo debe vivir, y todas las demás referencias; históricas, narrativas, poéticas o biográficas contenidas en ella, están dirigidas a cumplir con ese mismo objetivo.
Muchos consideran los preceptos de la Torá como partes de un viejo sistema que debe ser repudiado en nuestra moderna sociedad regida por la ciencia, la tecnología y las disciplinas psicocientíficas. El triste resultado de estas actitudes es el de un mundo de caos y confusión como el que estamos viviendo, un mundo que se desliza por el camino resbaladizo de la destrucción disfrazada de promesas temporales de felicidad, salud, éxito y poder, pero que en realidad genera desilusión, tristeza y soledad.
El judaísmo, ha reconocido a lo largo de toda su historia el valor de la ciencia, la tecnología y el conocimiento objetivo como herramientas al servicio del hombre, pero de la misma manera ha entendido que el área moral de principios y valores no pueden ser sometidos al ámbito científico ya que el "bien" y el "mal" no pueden ser medidos, observados o cuantificados ni por instrumentos científicos ni por parámetros filosóficos-racionales.
La imperfección del intelecto humano y el contínuo cambio en los conocimientos, no pueden servir de base para la toma de decisiones de carácter moral que determinan un estilo de vida particular. Nuestro patrón de conducta no puede basarse en factores subjetivos -toda persona puede encontrar justificación intelectual adecuada para hacer lo que desea en determinado momento- ni en consideraciones transitorias, "las nuevas moralidades" son continuamente reemplazadas por otras más novedosas, o en lo que es socialmente aceptado. Cualquier hecho abominable en una sociedad y en un momento determinado, puede ser aceptado como legítimo y conveniente en otra.
Es el ámbito de la moral y en la conducción de su vida, donde el ser humano no se basta a sí mismo y debe recurrir a la Torá que define el "bien" y el "mal" en términos de permanencia que trascienden la comprensión humana desde le punto de vista racional. La determinación del bien y el mal en términos humanos es lo que ha conducido al mundo a la crisis de valores que está viviendo y además por ejemplo, ha producido la barbarie nazi que definió los criterios del bien y el mal a su antojo, pero basada en la lógica, la racionalidad y la ciencia.
Los valores entonces tienen un carácter divino y eterno y señalan al hombre el elemento sobrehumano que está dentro de él para hacerle consciente de su potencial. Es allí donde la Torá se revela como una verdadera joya entregada al pueblo judío para que sea usada todos los días, en todas las actividades, en todos los tiempos, culturas y lugares.
www.madregot.com/Festividades.htm





"Antes de vestir tu cuerpo de blanco, ilumina tu alma". 


La armonía, el amor y la luz están donde la vida te lleve. La iluminación de tus días y los colores con que los veas dependen de vos. No lo olvides, vos y sólo vos sos el hacedor de tus sueños y tu destino.




LA FIESTA DE SHAVUOT


havuot conmemora el imponente acontecimiento que experimentaron los hijos de Israel siete semanas después del éxodo de Egipto cuando acamparon al pie del Monte Sinaí, en algún lugar de la Península del Sinaí. Este suceso fue la Revelación, mediante la cual la voluntad de D-os se reveló a Israel. Señala la proclamación de los Diez Mandamientos. Aunque esos mandamientos no constituyen la totalidad de la Torá, que consiste en 613 preceptos -taryag mitzvot. Ellos constituyen su fundamento. Los Diez Mandamientos conforman la base moral misma de gran parte de lo que es la Civilización Occidental. La forma exacta de esta comunicación entre D-os y el hombre no es conocida y siempre fue motivo de diversas opiniones por parte de los grandes pensadores y sabios de Israel, pero nadie duda de que fue un acontecimiento de proporciones imponentes y una experiencia espiritual singular que marcó indeleblemente a los israelitas con su carácter único, con su fe y su destino.
En el libro de oraciones, esta festividad se denomina "zemán matán Torateinu": la fecha de entrega de nuestra Torá, porque éste es el tema dominante de la festividad. El significado perdurable de este tema está recalcado en la respuesta a la pregunta de por qué no se denomina esta festividad como "fecha de recepción de nuestra Torá".
La respuesta es que mientras "la entrega" de la Torá pudo haber tenido lugar en un momento determinado y esa ocasión puede ser conmemorada, la "recepción" de la Torá por los judíos debe continuar produciéndose en todo momento y en todo lugar. Los judíos que estuvieron presentes en el Sinaí reafirmaron su Pacto con D-os declarando "haremos y escucharemos" -naasé venishmá- pero la Torá señala que "pero no solamente con vosotros hago Yo esta alianza y este juramento, sino con los que están hoy aquí presentes ante el Señor, nuestro D-os, y con los que no están aquí hoy con nosotros". (Deut. 29:13-14). El Talmud interpreta la última parte del versículo como una clara referencia a las futuras generaciones de judíos y a los futuros prosélitos que más tarde aceptaron la fe (Shavuot 39a).
La festividad de Shavuot enfatiza la lección espiritualmente significativa de que la redención del cautiverio y la obtención de libertad política, no constituyen una liberacióon completa a menos que culminen en las restricciones espirituales, en las disciplinas y deberes inherentes a la Revelación a Israel y a la aceptación de la Torá por parte de Israel. El hombre de Shavuot con el que la Torá se refiere a esta festividad, significa simplemente "semanas" y deriva del hecho de que se observa después de contar siete semanas completas a partir del segundo día de Pésaj. El Talmud utiliza el nombre de Atzeret (que implica una festividad de conclusión) para denominarlo, indicación de que los sabios lo consideraron ligado a la festividad de Pésaj y como conclusión del episodio histórico de la misma. Su significado como festividad agrícola en la Tierra de Israel se refleja en los otros nombres por los que se la conoce: "Jag Hakatzir" -festividad de la siega, porque señala la cosecha del trigo, la última cosecha de cereales de la temporada; y "Yom Habikurim" -día de las primicias, porque señala también el comienzo de la cosecha de frutas y era la ocasión de llevar los primeros frutos maduros al Templo como ofrenda de acción de gracias.

Muchas veces se hace alusión a la Torá como un código de leyes pasado de moda, ajeno a nuestra vida en la actualidad. El auge de la era tecnológica y los avances de la ciencia han colocado al individuo en una posición de autosuficiencia que no le permite ver la relevancia de la Torá. Si bien es cierto que la ciencia ha constribuido a la explicación de los fenómenos naturales observables, la arqueología ha develado los secretos del pasado y los sistemas legales y económicos se han perfeccionado como instrumentos organizativos de la sociedad, existe sin embargo aún en nuestros dias, un área que es de exclusiva competencia de la Torá y la cual está directamente relacionada con nuestra vida en todos los tiempos; es el área de la moralidad, el área de los valores. La Torá es el código de vida del judío, que a través de las 613 mitzvot (preceptos); 248 positivas y 365 negativas, de contenido ético y espiritual, le señala el camino que debe seguir en su vida cotidiana. El propósito central de la Torá es justamente enseñarle al ser humano cómo debe vivir, y todas las demás referencias; históricas, narrativas, poéticas o biográficas contenidas en ella, están dirigidas a cumplir con ese mismo objetivo.
Muchos consideran los preceptos de la Torá como partes de un viejo sistema que debe ser repudiado en nuestra moderna sociedad regida por la ciencia, la tecnología y las disciplinas psicocientíficas. El triste resultado de estas actitudes es el de un mundo de caos y confusión como el que estamos viviendo, un mundo que se desliza por el camino resbaladizo de la destrucción disfrazada de promesas temporales de felicidad, salud, éxito y poder, pero que en realidad genera desilusión, tristeza y soledad.
El judaísmo, ha reconocido a lo largo de toda su historia el valor de la ciencia, la tecnología y el conocimiento objetivo como herramientas al servicio del hombre, pero de la misma manera ha entendido que el área moral de principios y valores no pueden ser sometidos al ámbito científico ya que el "bien" y el "mal" no pueden ser medidos, observados o cuantificados ni por instrumentos científicos ni por parámetros filosóficos-racionales.
La imperfección del intelecto humano y el contínuo cambio en los conocimientos, no pueden servir de base para la toma de decisiones de carácter moral que determinan un estilo de vida particular. Nuestro patrón de conducta no puede basarse en factores subjetivos -toda persona puede encontrar justificación intelectual adecuada para hacer lo que desea en determinado momento- ni en consideraciones transitorias, "las nuevas moralidades" son continuamente reemplazadas por otras más novedosas, o en lo que es socialmente aceptado. Cualquier hecho abominable en una sociedad y en un momento determinado, puede ser aceptado como legítimo y conveniente en otra.
Es el ámbito de la moral y en la conducción de su vida, donde el ser humano no se basta a sí mismo y debe recurrir a la Torá que define el "bien" y el "mal" en términos de permanencia que trascienden la comprensión humana desde le punto de vista racional. La determinación del bien y el mal en términos humanos es lo que ha conducido al mundo a la crisis de valores que está viviendo y además por ejemplo, ha producido la barbarie nazi que definió los criterios del bien y el mal a su antojo, pero basada en la lógica, la racionalidad y la ciencia.
Los valores entonces tienen un carácter divino y eterno y señalan al hombre el elemento sobrehumano que está dentro de él para hacerle consciente de su potencial. Es allí donde la Torá se revela como una verdadera joya entregada al pueblo judío para que sea usada todos los días, en todas las actividades, en todos los tiempos, culturas y lugares.
www.madregot.com/Festividades.htm





"Antes de vestir tu cuerpo de blanco, ilumina tu alma". 


La armonía, el amor y la luz están donde la vida te lleve. La iluminación de tus días y los colores con que los veas dependen de vos. No lo olvides, vos y sólo vos sos el hacedor de tus sueños y tu destino.