"Silencios de hielo" de Irene Alcubilla Troughton



Conocí a Irene hace más o menos un año y ya me impresionó por su madurez y riqueza expresiva, Irene Alcubilla Troughton ha sido premiada en el IX Certamen Andaluz de Escritores Noveles con el premio de Relatos para escritores entre 10 y 20 años. Cumple ya los veinte años en noviembre (el mismo mes que yo) es pues una Escorpio decidida y llena de vigor creativo.

Su relato premiado "Silencios de hielo" es de una fuerza inusitada, comencé a leer sus 53 páginas recién levantado en una mañana de trabajo y no pude dejar de leerlo hasta el final. El relato es del mejor estilo de novela negra que me he encontrado, después de disfrutar con el maestro Marsé y su "Canciones de amor en Lolita's Club" o a Juan Madrid en "Bares Nocturnos", "Silencios de hielo" bebe de los mismos ambientes nocturnos.

Es un relato donde Alvaro, recién comprometido con Angela para casarse, en la despedida de solltero conoce a Helena una cantante de la noche de la cual queda "enganchado".

El dibujo tan efectivo de los personajes, la perfecta sincronización de dos historias que confluyen en el tiempo y en el espacio en un motel de carretera llamado La Bella Esquina, la manera ejercida con  una gran maestría de comenzar y terminar el relato, con un final imprevisible e impactante, convierte a éste relato en un acontecimiento único en una escritora tan joven y llamada a constituir una de las grandes plumas de nuestra literatura española.

Baste como ejemplo las palabras del comienzo del relato:

"El fulgor de una trémula llama alumbraba el rostro de aquel hombre confiriendo a sus rasgos una extraña mezcla de misterio y enojo que me ponía los vellos de punta. Con cada calada a su Ducados, sus labios se entreabrían en una grotesca mueca de asco que dejaba adivinar unos dientes abandonados por la higiene. expulsó el humo lentamente comos si lejos de ser un acto rutinario, le proporcionara un placer intenso.
        - Has tomado la decisión correcta chico-su voz grave envolvió la pequeña sala y recubrió con su seca ronquera cada esquina. No puede menos que estremecerme" 

Irene, tu vales mucho.


Conocí a Irene hace más o menos un año y ya me impresionó por su madurez y riqueza expresiva, Irene Alcubilla Troughton ha sido premiada en el IX Certamen Andaluz de Escritores Noveles con el premio de Relatos para escritores entre 10 y 20 años. Cumple ya los veinte años en noviembre (el mismo mes que yo) es pues una Escorpio decidida y llena de vigor creativo.

Su relato premiado "Silencios de hielo" es de una fuerza inusitada, comencé a leer sus 53 páginas recién levantado en una mañana de trabajo y no pude dejar de leerlo hasta el final. El relato es del mejor estilo de novela negra que me he encontrado, después de disfrutar con el maestro Marsé y su "Canciones de amor en Lolita's Club" o a Juan Madrid en "Bares Nocturnos", "Silencios de hielo" bebe de los mismos ambientes nocturnos.

Es un relato donde Alvaro, recién comprometido con Angela para casarse, en la despedida de solltero conoce a Helena una cantante de la noche de la cual queda "enganchado".

El dibujo tan efectivo de los personajes, la perfecta sincronización de dos historias que confluyen en el tiempo y en el espacio en un motel de carretera llamado La Bella Esquina, la manera ejercida con  una gran maestría de comenzar y terminar el relato, con un final imprevisible e impactante, convierte a éste relato en un acontecimiento único en una escritora tan joven y llamada a constituir una de las grandes plumas de nuestra literatura española.

Baste como ejemplo las palabras del comienzo del relato:

"El fulgor de una trémula llama alumbraba el rostro de aquel hombre confiriendo a sus rasgos una extraña mezcla de misterio y enojo que me ponía los vellos de punta. Con cada calada a su Ducados, sus labios se entreabrían en una grotesca mueca de asco que dejaba adivinar unos dientes abandonados por la higiene. expulsó el humo lentamente comos si lejos de ser un acto rutinario, le proporcionara un placer intenso.
        - Has tomado la decisión correcta chico-su voz grave envolvió la pequeña sala y recubrió con su seca ronquera cada esquina. No puede menos que estremecerme" 

Irene, tu vales mucho.