APENDICE 3. DEL PEQUEÑO TALLER DE GRATITUD.







 



La gratitud, expresión natural de un corazón lleno de amor

Daniel T. Peralta

Daniel T. Peralta es un profesor de metafísica licenciado en psicología de la conciencia por la Universidad Antioch. Ha trabajado muchísimo con Louíse L Hay. El trabajo de Daniel es de utilidad para diversos grupos de personas, desde niños de nuestras escuelas públicas a adultos con problemas men­tales o emocionales. Actualmente está trabajando con per­sonas que cumplen condena en la cárcel. También ha presentado una serie de televisión interactiva en directo: «Self-Esteem: Becoming Empowered!», [La autoestima: adquirir capacidad] en el canal de Educación. Vive en Hawai.

La gratitud centra nuestra atención en las cosas buenas de la vida. Coge nuestros bienes y los multiplica. Cuando con alegría expresamos gratitud, ésta nos abre el corazón y nos permite experimentar más amor El amor es el poder que nos sana la vida, y es el poder que finalmente sanará este mundo. La gratitud viene del amor; es la expresión natural de un corazón amante. Por lo tanto, siempre que expresamos gratitud nos ponemos del lado del poder que nos sana. Dar las gracias y elogiar difunde la energía sanadora y hace de nuestra vida y del mundo un lugar mejor para ser y vivir. Siempre que expre­samos agradecimiento y aprecio, contribuimos a sanar el mundo. La gratitud proyecta vibraciones positivas hacia la atmósfera, y nuestro benévolo Universo responde del mismo modo.

Por lo tanto, es esencial cultivar una «actitud de agrade­cimiento», que empieza por fijarnos en todo lo bueno que ya tenemos. Hacer un recuento de las bendiciones es una de las maneras más seguras de levantar el ánimo, siempre hace que la energía se dirija hacia algo positivo y deseable. Si te sientes deprimido o triste, piensa en todas las cosas buenas de tu vida. Comienza por agradecer todos tus bienes y ben­diciones. Búscalos, están ahí. Eso cambiará tu energía. Dale las gracias a la Vida por todo lo bueno que ya está abundan­temente presente en tu interior y a tu alrededor.

El hecho de estar vivo y experimentando el regalo de la vida es un inmenso honor. Cada nuevo día está lleno de nuevas posibilidades que puedes experimentar. Cada nuevo día es otra oportunidad de volver a comenzar, otra oportunidad de ser la maravillosa persona que eres. ¡Qué gran bendición! Da las gracias a Dios porque estás aquí, dispuesto y capaz de aportar tus talentos y dones a este mundo. El mundo te necesita y la Vida te está agradecida. Ahora es el momento de dar las gracias por ser tú.

Cuando expresamos gratitud, aumenta la frecuencia de las vibraciones que nos rodean. La gratitud genera energía positiva que emana de nosotros y regresa en forma de experiencias maravillosas. Nos convertimos en imanes. Atraemos personas y cosas buenas porque es una dicha y un placer estar a nuestro alrededor. Una actitud de agrade­cimiento es atractiva por naturaleza; tiene el poder de con­vertir las dificultades en posibilidades, los problemas en soluciones, las pérdidas en ganancias; cambia la energía, expande nuestra visión, y nos permite ver lo que normal­mente es invisible para alguien que tiene una actitud limi­tadora.

Incluso en las horas más negras podemos cultivar una actitud de agradecimiento. Ocurra lo que ocurra a nuestro alrededor, podemos elegir reaccionar de una manera que nos sirva para aprender y crecer. Cuando vemos las dificul­tades como oportunidades de crecimiento, entonces pode­mos agradecer las lecciones que estamos aprendiendo de esas experiencias difíciles. Siempre hay un regalo en toda experiencia- Expresar gratitud nos permite descubrirlo. Cuando valoramos sinceramente todo lo que nos ofrece la Vida, vemos la Luz en nosotros mismos y en los demás, vemos codas las cosas y a todas las personas como una posible bendición.

La gratitud es una oración para que abunde lo bueno. Atrae hacia nosotros abundancia y generosidad. Creo que la palabra «gracias» es una de las más hermosas. Puede ilu­minar la cara de una persona y hacerle saber que se la apre­cia. Abre la puerta de nuestro corazón y nos permite sen­tirnos conectados.

Cada mañana al despertar, la primera palabra que sale de mi boca es: «¡Gracias!». Esto me hace sentirme inme­diatamente conectado con Dios y me llena de amor el cora­zón. Me siento agradecido por estar vivo, respirar y tener otro día por delante para vivirlo plena y exquisitamente. Doy gracias por estar aquí, participando de la pródiga abundancia de este Universo.

La abundancia de la Vida está aquí para todo el mundo. Cuando expresamos amor y gratitud, armoniza­mos nuestras energías y nos damos cuenta de que nuestra vida forma parte de esta copiosa abundancia.

He aquí algunos consejos para cultivar una actitud de agradecimiento:

• Durante el día di la palabra «gracias», ya sea en silencio o en voz alta. Haz saber a Dios que te sien­tes feliz de estar vivo y de participar en esta expe­riencia llamada Vida. Da las gracias, a ti mismo, a los demás y al mundo. Difunde la actitud de expre­sar gratitud.

“Lleva un libro de agradecimientos. Escribe todas las cosas que agradeces en tu vida. Acuérdate de incluir cosas como la electricidad, el agua, las tuberías, la tecnología y todas las comodidades modernas que solemos mirar con indiferencia. Si no las puedes escribir sobre papel, hazlo mentalmente- Alaba el progreso que todos hemos hecho. “Cuando lo estés pasando mal, mira esas experien­cias y di: «Sé que esto ha venido a bendecirme, y estoy dispuesto a ver el regalo que hay en esta expe­riencia. Que se me revelen las enseñanzas y que me vuelva más fuerte y vea las cosas más claras».

Gracias, gracias, gracias, gracias...

Del libro

Louise L. Hay con la colaboración de sus amigos

Gratitud
El nuevo blog: "ESCRITOS de Rudy Spillman", ¡VISÍTALO!

"Antes de vestir tu cuerpo de blanco, ilumina tu alma".


La armonía, el amor y la luz están donde la vida te lleve. La iluminación de tus días y los colores con que los veas dependen de vos. No lo olvides, vos y sólo vos sos el hacedor de tus sueños y tu destino.






 



La gratitud, expresión natural de un corazón lleno de amor

Daniel T. Peralta

Daniel T. Peralta es un profesor de metafísica licenciado en psicología de la conciencia por la Universidad Antioch. Ha trabajado muchísimo con Louíse L Hay. El trabajo de Daniel es de utilidad para diversos grupos de personas, desde niños de nuestras escuelas públicas a adultos con problemas men­tales o emocionales. Actualmente está trabajando con per­sonas que cumplen condena en la cárcel. También ha presentado una serie de televisión interactiva en directo: «Self-Esteem: Becoming Empowered!», [La autoestima: adquirir capacidad] en el canal de Educación. Vive en Hawai.

La gratitud centra nuestra atención en las cosas buenas de la vida. Coge nuestros bienes y los multiplica. Cuando con alegría expresamos gratitud, ésta nos abre el corazón y nos permite experimentar más amor El amor es el poder que nos sana la vida, y es el poder que finalmente sanará este mundo. La gratitud viene del amor; es la expresión natural de un corazón amante. Por lo tanto, siempre que expresamos gratitud nos ponemos del lado del poder que nos sana. Dar las gracias y elogiar difunde la energía sanadora y hace de nuestra vida y del mundo un lugar mejor para ser y vivir. Siempre que expre­samos agradecimiento y aprecio, contribuimos a sanar el mundo. La gratitud proyecta vibraciones positivas hacia la atmósfera, y nuestro benévolo Universo responde del mismo modo.

Por lo tanto, es esencial cultivar una «actitud de agrade­cimiento», que empieza por fijarnos en todo lo bueno que ya tenemos. Hacer un recuento de las bendiciones es una de las maneras más seguras de levantar el ánimo, siempre hace que la energía se dirija hacia algo positivo y deseable. Si te sientes deprimido o triste, piensa en todas las cosas buenas de tu vida. Comienza por agradecer todos tus bienes y ben­diciones. Búscalos, están ahí. Eso cambiará tu energía. Dale las gracias a la Vida por todo lo bueno que ya está abundan­temente presente en tu interior y a tu alrededor.

El hecho de estar vivo y experimentando el regalo de la vida es un inmenso honor. Cada nuevo día está lleno de nuevas posibilidades que puedes experimentar. Cada nuevo día es otra oportunidad de volver a comenzar, otra oportunidad de ser la maravillosa persona que eres. ¡Qué gran bendición! Da las gracias a Dios porque estás aquí, dispuesto y capaz de aportar tus talentos y dones a este mundo. El mundo te necesita y la Vida te está agradecida. Ahora es el momento de dar las gracias por ser tú.

Cuando expresamos gratitud, aumenta la frecuencia de las vibraciones que nos rodean. La gratitud genera energía positiva que emana de nosotros y regresa en forma de experiencias maravillosas. Nos convertimos en imanes. Atraemos personas y cosas buenas porque es una dicha y un placer estar a nuestro alrededor. Una actitud de agrade­cimiento es atractiva por naturaleza; tiene el poder de con­vertir las dificultades en posibilidades, los problemas en soluciones, las pérdidas en ganancias; cambia la energía, expande nuestra visión, y nos permite ver lo que normal­mente es invisible para alguien que tiene una actitud limi­tadora.

Incluso en las horas más negras podemos cultivar una actitud de agradecimiento. Ocurra lo que ocurra a nuestro alrededor, podemos elegir reaccionar de una manera que nos sirva para aprender y crecer. Cuando vemos las dificul­tades como oportunidades de crecimiento, entonces pode­mos agradecer las lecciones que estamos aprendiendo de esas experiencias difíciles. Siempre hay un regalo en toda experiencia- Expresar gratitud nos permite descubrirlo. Cuando valoramos sinceramente todo lo que nos ofrece la Vida, vemos la Luz en nosotros mismos y en los demás, vemos codas las cosas y a todas las personas como una posible bendición.

La gratitud es una oración para que abunde lo bueno. Atrae hacia nosotros abundancia y generosidad. Creo que la palabra «gracias» es una de las más hermosas. Puede ilu­minar la cara de una persona y hacerle saber que se la apre­cia. Abre la puerta de nuestro corazón y nos permite sen­tirnos conectados.

Cada mañana al despertar, la primera palabra que sale de mi boca es: «¡Gracias!». Esto me hace sentirme inme­diatamente conectado con Dios y me llena de amor el cora­zón. Me siento agradecido por estar vivo, respirar y tener otro día por delante para vivirlo plena y exquisitamente. Doy gracias por estar aquí, participando de la pródiga abundancia de este Universo.

La abundancia de la Vida está aquí para todo el mundo. Cuando expresamos amor y gratitud, armoniza­mos nuestras energías y nos damos cuenta de que nuestra vida forma parte de esta copiosa abundancia.

He aquí algunos consejos para cultivar una actitud de agradecimiento:

• Durante el día di la palabra «gracias», ya sea en silencio o en voz alta. Haz saber a Dios que te sien­tes feliz de estar vivo y de participar en esta expe­riencia llamada Vida. Da las gracias, a ti mismo, a los demás y al mundo. Difunde la actitud de expre­sar gratitud.

“Lleva un libro de agradecimientos. Escribe todas las cosas que agradeces en tu vida. Acuérdate de incluir cosas como la electricidad, el agua, las tuberías, la tecnología y todas las comodidades modernas que solemos mirar con indiferencia. Si no las puedes escribir sobre papel, hazlo mentalmente- Alaba el progreso que todos hemos hecho. “Cuando lo estés pasando mal, mira esas experien­cias y di: «Sé que esto ha venido a bendecirme, y estoy dispuesto a ver el regalo que hay en esta expe­riencia. Que se me revelen las enseñanzas y que me vuelva más fuerte y vea las cosas más claras».

Gracias, gracias, gracias, gracias...

Del libro

Louise L. Hay con la colaboración de sus amigos

Gratitud
El nuevo blog: "ESCRITOS de Rudy Spillman", ¡VISÍTALO!

"Antes de vestir tu cuerpo de blanco, ilumina tu alma".


La armonía, el amor y la luz están donde la vida te lleve. La iluminación de tus días y los colores con que los veas dependen de vos. No lo olvides, vos y sólo vos sos el hacedor de tus sueños y tu destino.