¿Cómo pudo el cerebro generar emociones, sentimientos, ideas y el yo?
Antonio Damasio, neurocientífico, lanza una hipótesis, fundamentada en investigaciones del propio autor, sobre cómo el cerebro pasó de ser máquina que responde a estímulos a un generador de la mente, y como ésta originó nuestra subjetividad.
Una obra sugerente, con lenguaje claro nos aconseguimos adentrar en la mente humana como evocadora de imágenes y de memoria. Asombra en la lectura, la precisión con que Damasio encaja la evolución mental en la confluencia de las homeostásis biológica y cultural.
La existencia de una incosnciencia genómica reguladora de nuestros actos conscientes es otra de las conclusiones del neurocientífico. Como dice Damasio:
"¿Y cúal es el último talento que la conciencia ha concedido a los seres humanos? Tal vez la capacidad de navegar en un futuro por los mares de nuestra imaginación, guiando la embarcación de la identidad reflexiva hasta un abrigo seguro y productivo. Este talento, el mayor de todos, depende una vez más de la intersección del ser sí mismo y la memoria. La memoria, templada por la sensibilidad personal, es lo que permite a los seres humanos imaginar el bienestar, tanto individual como social, e inventar las maneras y los medios para alcanzar y magnificar ese bienestar. La memoria es responsable del incensante colocar la propia identidad, el sí mismo, en un aquí y ahora evanescente entre un pasado vivido a fondoy un futuro prefigurado; un aquí y ahora perpetuamente zarandeado entre lo días ya pasados y los del incierto porvenir. El futuro tira de nosotros hacia delante, desde un punto de fuga remoto, y nos confiere la voluntad de persistir en el viaje, en el presente. Tal vez fuera esto lo que T.S.Elliot quiso decir cuando escribió "el tiempo pasado y el tiempo futuro, lo que podría haber llegado a ser y lo que ha sido, apuntan a un fin, que es siempre presente"".
Interesante lectura.
Buen fin de semana ;0)
¿Cómo pudo el cerebro generar emociones, sentimientos, ideas y el yo?
Antonio Damasio, neurocientífico, lanza una hipótesis, fundamentada en investigaciones del propio autor, sobre cómo el cerebro pasó de ser máquina que responde a estímulos a un generador de la mente, y como ésta originó nuestra subjetividad.
Una obra sugerente, con lenguaje claro nos aconseguimos adentrar en la mente humana como evocadora de imágenes y de memoria. Asombra en la lectura, la precisión con que Damasio encaja la evolución mental en la confluencia de las homeostásis biológica y cultural.
La existencia de una incosnciencia genómica reguladora de nuestros actos conscientes es otra de las conclusiones del neurocientífico. Como dice Damasio:
"¿Y cúal es el último talento que la conciencia ha concedido a los seres humanos? Tal vez la capacidad de navegar en un futuro por los mares de nuestra imaginación, guiando la embarcación de la identidad reflexiva hasta un abrigo seguro y productivo. Este talento, el mayor de todos, depende una vez más de la intersección del ser sí mismo y la memoria. La memoria, templada por la sensibilidad personal, es lo que permite a los seres humanos imaginar el bienestar, tanto individual como social, e inventar las maneras y los medios para alcanzar y magnificar ese bienestar. La memoria es responsable del incensante colocar la propia identidad, el sí mismo, en un aquí y ahora evanescente entre un pasado vivido a fondoy un futuro prefigurado; un aquí y ahora perpetuamente zarandeado entre lo días ya pasados y los del incierto porvenir. El futuro tira de nosotros hacia delante, desde un punto de fuga remoto, y nos confiere la voluntad de persistir en el viaje, en el presente. Tal vez fuera esto lo que T.S.Elliot quiso decir cuando escribió "el tiempo pasado y el tiempo futuro, lo que podría haber llegado a ser y lo que ha sido, apuntan a un fin, que es siempre presente"".
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