El ojo de Magritte, el falso espejo en el que vemos las nubes blancas y un cielo azul a traves de un ojo ventana que nos separa la vigilia del sueño, el aquí del allí, en el que vemos la imagen reflejada como en un espejo inquietante y turbador, a la vez espejo y ventana, a la vez esperanza y desasosiego cuando nos clava con su mirada.
El ojo del silencio de Max Ernst, la piel dorada del silencio, el mundo onírico desarrollado como contemplado y contemplante, el mismo sol es un enorme ojo dorado, la consciencia cósmica.
Los ojos dalinianos de Spellbound (Recuerda) una inmensa colección de ojos dispuestos a observar hasta el más mínimo detalle de su exterior y de tu interior, ojos dispuestos a recordar cada rincón de tu vida pasada, ojos dispuestos a ojear sin descanso.
Los ojos de la Jábega, ojos que simbolizan el destino asegurado, la confianza en una buena navegación, la vida misma enfrentada a una singladura entusiasta.
El ojo del perro andaluz, el ojo seccionado, el choque emocional que te aturde en cada movimiento de la navaja, que te provoca la pérdida del control y el irremisible dictado a la mirada interior.
El ojo es el espejo del alma.
El ojo de Magritte, el falso espejo en el que vemos las nubes blancas y un cielo azul a traves de un ojo ventana que nos separa la vigilia del sueño, el aquí del allí, en el que vemos la imagen reflejada como en un espejo inquietante y turbador, a la vez espejo y ventana, a la vez esperanza y desasosiego cuando nos clava con su mirada.
El ojo del silencio de Max Ernst, la piel dorada del silencio, el mundo onírico desarrollado como contemplado y contemplante, el mismo sol es un enorme ojo dorado, la consciencia cósmica.
Los ojos dalinianos de Spellbound (Recuerda) una inmensa colección de ojos dispuestos a observar hasta el más mínimo detalle de su exterior y de tu interior, ojos dispuestos a recordar cada rincón de tu vida pasada, ojos dispuestos a ojear sin descanso.
Los ojos de la Jábega, ojos que simbolizan el destino asegurado, la confianza en una buena navegación, la vida misma enfrentada a una singladura entusiasta.
El ojo del perro andaluz, el ojo seccionado, el choque emocional que te aturde en cada movimiento de la navaja, que te provoca la pérdida del control y el irremisible dictado a la mirada interior.
El ojo es el espejo del alma.