Moisés y la “vara de Dios”1RA PARTE. Qué poder encerrado en la vara de Moisés un poderoso instrumento en manos de los dioses.




la manera de un “mago” que en escena saca de la galera un conejo asustado luego de un par de toques con su “varita mágica”, los dioses de antaño hicieron también uso de un instrumento parecido, que dicho sea de paso serviría más bien para asar a gusto al susodicho mamífero. Se trataba de algo como un cetro, cayado, bastón o vara, el cual, en ocasiones, entregaron como símbolo de autoridad a ciertos hombres elegidos por ellos como interlocutores.
Moisés y la “vara de Dios”
Sin duda, un caso emblemático es el de Moisés. Basta recordar sino el famoso Paso del Mar Rojo protagonizado por el pueblo judío. Perseguidos por la caballería y los carros del faraón, los hijos de Israel se vieron perdidos. Sin escape posible, clamaron por sus vidas al “Señor” y a Moisés diciendo: “¿Acaso faltaban sepulturas en Egipto para que nos hayas traído a que muriésemos en el desierto? ¿Qué designio ha sido el tuyo en sacarnos de Egipto?” (Biblia, Éxodo 14,11). A lo que Moisés respondió: “No temáis, estad firmes y veréis los prodigios que ha de obrar hoy el Señor, pues esos egipcios que ahora estáis viendo ya nunca jamás los volveréis a ver.” (Biblia, Éxodo 14,13). Y ciertamente que Moisés no exageraba pues los acontecimientos que siguieron fueron la contundente prueba del tremendo poder de Yahvé. ¿Un poder de tecnología avanzada disimulado por la incomprensión de un pueblo primitivo?
Las órdenes de Yahvé a Moisés fueron muy claras: “Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú levanta tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, para que los hijos de Israel caminen por en medio de él a pie enjuto.” (Biblia, Éxodo 14, 15 -16). Y entonces ocurrió…”Extendió, pues, Moisés la mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar por medio de un fuerte viento del este, que sopló toda la noche, con lo que el mar vino a ser suelo enjuto, y las aguas quedaron divididas.” “Los hijos de Israel pasaron en medio del mar, sobre suelo enjuto, teniendo las aguas como por muro a derecha e izquierda.” (Biblia, Éxodo 14, 21-22).


¿Qué poder encerrado en la vara de Moisés permitió realizar tal proeza que nos hace pensar en un “campo de fuerza” de ciencia-ficción?
Como fuere, parece evidente que ese supuesto “campo de contención” requería de un cierto tiempo para formarse, pero su anulación podía lograse con rapidez. Al menos eso se desprende de la suerte que les cayó encima (literalmente hablando) a los egipcios…”Entonces dijo el Señor a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que se reúnan las aguas sobre los egipcios, sobre sus carros y caballos.” “Luego que Moisés extendió su mano sobre el mar, se volvió éste a su sitio al rayar el alba; y huyendo los egipcios, las aguas los sobrecogieron, y el Señor los envolvió en medio de las olas” “Así, las aguas vueltas a su curso, sumergieron los carros y la caballería de todo el ejército del faraón, que había entrado en el mar en seguimiento de Israel: ni uno siquiera se salvó.” (Biblia, Éxodo 14, 26-27-28).
No obstante, y para disipar dudas acerca del enorme poder del cayado del patriarca, aún podemos encontrar otras pruebas de su variada utilidad.
En efecto, hallándose el pueblo de Israel en el desierto falto de agua, una vez más reclamaron a Moisés por su desgraciada suerte. Acosados por a sed y temerosos ante la muerte inminente, decían: “¿Por qué nos has hecho salir de Egipto para matarnos de sed a nosotros y a nuestros hijos y ganados? Y ante esto, de nuevo intervino Yahvé ordenándole a Moisés (quien al parecer desconocía algunas de las funciones del instrumento que tenía en sus manos): “Adelántate al pueblo, llevando contigo algunos de los ancianos de Israel, y toma en tu mano la vara con que heriste el río y vete.” Y agregó seguidamente: “Yo estaré delante de ti, allá en la peña de Horeb, y herirás la peña y brotará de ella agua para que beba el pueblo.” (Biblia, Éxodo 17, 5-6).
Pero, no sería ésta la última vez que Moisés utilizaría el poder de su vara. De hecho, durante la batalla contra los amalecitas, el sorprendente artefacto se convirtió en una efectiva arma que decidió la suerte de los israelitas. Leamos pues la narración bíblica que, por su claridad, no tiene desperdicio…
“Y dijo Moisés a Josué: Escoge hombres y ve a pelear contra los amalecitas: mañana yo estaré en la cima del monte, teniendo la vara de Dios en mi mano.” “Hizo Josué lo que Moisés había dicho y trabó combate con Amalec. Entretanto, Moisés y Aarón y Hur subieron a la cima del monte.” “Y cuando Moisés alzaba las manos, vencía Israel; mas si las bajaba, Amalec tenía la ventaja.” “Ya los brazos de Moisés estaban cansados, por lo que, tomando una piedra, pusiéronsela debajo y sentose en ella, y Aarón de una parte y Hur de la otra, le sostenían los brazos; los cuales de esta manera permanecieron inmóviles hasta que se puso el Sol.” “Y Josué derrotó a Amalec y pasó a cuchillo su gente.” (Biblia, Éxodo 17, 9-10-11-12-13).


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"Antes de vestir tu cuerpo de blanco, ilumina tu alma".


La armonía, el amor y la luz están donde la vida te lleve. La iluminación de tus días y los colores con que los veas dependen de vos. No lo olvides, vos y sólo vos sos el hacedor de tus sueños y tu destino.



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Moisés y la “vara de Dios”
Sin duda, un caso emblemático es el de Moisés. Basta recordar sino el famoso Paso del Mar Rojo protagonizado por el pueblo judío. Perseguidos por la caballería y los carros del faraón, los hijos de Israel se vieron perdidos. Sin escape posible, clamaron por sus vidas al “Señor” y a Moisés diciendo: “¿Acaso faltaban sepulturas en Egipto para que nos hayas traído a que muriésemos en el desierto? ¿Qué designio ha sido el tuyo en sacarnos de Egipto?” (Biblia, Éxodo 14,11). A lo que Moisés respondió: “No temáis, estad firmes y veréis los prodigios que ha de obrar hoy el Señor, pues esos egipcios que ahora estáis viendo ya nunca jamás los volveréis a ver.” (Biblia, Éxodo 14,13). Y ciertamente que Moisés no exageraba pues los acontecimientos que siguieron fueron la contundente prueba del tremendo poder de Yahvé. ¿Un poder de tecnología avanzada disimulado por la incomprensión de un pueblo primitivo?
Las órdenes de Yahvé a Moisés fueron muy claras: “Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú levanta tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, para que los hijos de Israel caminen por en medio de él a pie enjuto.” (Biblia, Éxodo 14, 15 -16). Y entonces ocurrió…”Extendió, pues, Moisés la mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar por medio de un fuerte viento del este, que sopló toda la noche, con lo que el mar vino a ser suelo enjuto, y las aguas quedaron divididas.” “Los hijos de Israel pasaron en medio del mar, sobre suelo enjuto, teniendo las aguas como por muro a derecha e izquierda.” (Biblia, Éxodo 14, 21-22).


¿Qué poder encerrado en la vara de Moisés permitió realizar tal proeza que nos hace pensar en un “campo de fuerza” de ciencia-ficción?
Como fuere, parece evidente que ese supuesto “campo de contención” requería de un cierto tiempo para formarse, pero su anulación podía lograse con rapidez. Al menos eso se desprende de la suerte que les cayó encima (literalmente hablando) a los egipcios…”Entonces dijo el Señor a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que se reúnan las aguas sobre los egipcios, sobre sus carros y caballos.” “Luego que Moisés extendió su mano sobre el mar, se volvió éste a su sitio al rayar el alba; y huyendo los egipcios, las aguas los sobrecogieron, y el Señor los envolvió en medio de las olas” “Así, las aguas vueltas a su curso, sumergieron los carros y la caballería de todo el ejército del faraón, que había entrado en el mar en seguimiento de Israel: ni uno siquiera se salvó.” (Biblia, Éxodo 14, 26-27-28).
No obstante, y para disipar dudas acerca del enorme poder del cayado del patriarca, aún podemos encontrar otras pruebas de su variada utilidad.
En efecto, hallándose el pueblo de Israel en el desierto falto de agua, una vez más reclamaron a Moisés por su desgraciada suerte. Acosados por a sed y temerosos ante la muerte inminente, decían: “¿Por qué nos has hecho salir de Egipto para matarnos de sed a nosotros y a nuestros hijos y ganados? Y ante esto, de nuevo intervino Yahvé ordenándole a Moisés (quien al parecer desconocía algunas de las funciones del instrumento que tenía en sus manos): “Adelántate al pueblo, llevando contigo algunos de los ancianos de Israel, y toma en tu mano la vara con que heriste el río y vete.” Y agregó seguidamente: “Yo estaré delante de ti, allá en la peña de Horeb, y herirás la peña y brotará de ella agua para que beba el pueblo.” (Biblia, Éxodo 17, 5-6).
Pero, no sería ésta la última vez que Moisés utilizaría el poder de su vara. De hecho, durante la batalla contra los amalecitas, el sorprendente artefacto se convirtió en una efectiva arma que decidió la suerte de los israelitas. Leamos pues la narración bíblica que, por su claridad, no tiene desperdicio…
“Y dijo Moisés a Josué: Escoge hombres y ve a pelear contra los amalecitas: mañana yo estaré en la cima del monte, teniendo la vara de Dios en mi mano.” “Hizo Josué lo que Moisés había dicho y trabó combate con Amalec. Entretanto, Moisés y Aarón y Hur subieron a la cima del monte.” “Y cuando Moisés alzaba las manos, vencía Israel; mas si las bajaba, Amalec tenía la ventaja.” “Ya los brazos de Moisés estaban cansados, por lo que, tomando una piedra, pusiéronsela debajo y sentose en ella, y Aarón de una parte y Hur de la otra, le sostenían los brazos; los cuales de esta manera permanecieron inmóviles hasta que se puso el Sol.” “Y Josué derrotó a Amalec y pasó a cuchillo su gente.” (Biblia, Éxodo 17, 9-10-11-12-13).


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