Cuando aprendí


Cuando aprendí es una colección de tres fotografías de José Ramón Luna de Ossa que fueron premiadas en 2008 con el premio del ayuntamiento de Salamanca en el concurso"El placer de leer", certamen que reune en sus premiados de las mejores instamtáneas relacionadas con la lectura.

En tiempos complicados, la salvación está en la cultura, la inteligencia colectiva es la única garante de que seguimos adelante. La educación es el valor más importante que posee la civilización. Leer es permanecer unido a tu pasado y a tu futuro, te hace reconocerte en otras palabras y nos hace más libres, más tolerantes, mas dialogantes y en definitiva, mejores seres humanos.


Nada podrá hacerme olvidar mi infancia y mis lecturas, mis sueños se reflejaban en los tebeos y el ensimismamiento pugnaba siempre con el nerviosismo de mi madre que veía como la comida se enfriaba en la mesa mientras mi hermano y yo no despegábamos la vista de las aventuras de la novelas:El mundo estaba en nuestras manos.


El fermento del futuro está hecho por la ilusión y la razón, por la libertad y la responsabilidad compartida, por el entusiasmo y la templanza, por kilos de lectura reflexiva, toneladas de lecturas de aventuras, por el recuerdo de lo que somos y por lo que lucharemos dejando la sangre de nuestra propia historia, porque nuestra historia es la historia del propio mundo, libre y salvaje.

Cuando aprendí es una colección de tres fotografías de José Ramón Luna de Ossa que fueron premiadas en 2008 con el premio del ayuntamiento de Salamanca en el concurso"El placer de leer", certamen que reune en sus premiados de las mejores instamtáneas relacionadas con la lectura.

En tiempos complicados, la salvación está en la cultura, la inteligencia colectiva es la única garante de que seguimos adelante. La educación es el valor más importante que posee la civilización. Leer es permanecer unido a tu pasado y a tu futuro, te hace reconocerte en otras palabras y nos hace más libres, más tolerantes, mas dialogantes y en definitiva, mejores seres humanos.


Nada podrá hacerme olvidar mi infancia y mis lecturas, mis sueños se reflejaban en los tebeos y el ensimismamiento pugnaba siempre con el nerviosismo de mi madre que veía como la comida se enfriaba en la mesa mientras mi hermano y yo no despegábamos la vista de las aventuras de la novelas:El mundo estaba en nuestras manos.


El fermento del futuro está hecho por la ilusión y la razón, por la libertad y la responsabilidad compartida, por el entusiasmo y la templanza, por kilos de lectura reflexiva, toneladas de lecturas de aventuras, por el recuerdo de lo que somos y por lo que lucharemos dejando la sangre de nuestra propia historia, porque nuestra historia es la historia del propio mundo, libre y salvaje.